Mis historias en primera persona
TRÍO CON BUENA LECHE
HISTORIAS EN PRIMERA PERSONA
GLORIA PARQUE
En los primeros días de mi actividad como escort, tenía ciertas dudas acerca de cómo atraer hombres y qué hacer con ellos durante el servicio, más allá de lo que cualquiera puede imaginarse. Cada hombre es distinto y no estaba segura de que mi servicio debía adaptarse a cada quien o ellos debían adaptarse a mi forma de coger. Para quitarme esas dudas entablé amistad con una milf del oficio que aceptó compartir algunos “clientes” conmigo para que vaya entrando en clima.
Así fue que esta historia comienza. Sandra, mi nueva amiga, concertó una cita para un trío en donde un chico muy bien dotado nos cogería a las dos y yo tendría la oportunidad de verla en acción y disfrutar del espectáculo. No tardaron en darse unos besos y de quitarse la ropa mientras yo era una espectadora de lujo que observaba cada movimiento, escuchaba cada sonido y hasta percibía sus aromas conforme se iban calentando y tomando ritmo. Él le dedicó un buen momento para chuparle la concha mientras ella cruzaba miradas conmigo y me conversaba sobre lo que yo debería hacerle a continuación sin demasiada precisión ni originalidad pero con naturalidad: “ahora Gloria chupale la pija así después te coge” y dirigiéndose a él, le decía: “vas a ver cómo Gloria te la chupa y al final te va a tomar toda la leche porque le encanta”. Yo asentía con la cabeza mientras él terminaba de chupársela a Sandra y se iba incorporando para que yo inicie mi sesión de mamada.
Aún con los pantalones puestos, se paró delante de mí justo cuando yo me sentaba en la cama, así que le bajé el cierre de la bragueta, le desprendí el cinturón y le saqué la pija para afuera. Pude sentir que aquello era una pija muy ancha y dura, caliente y lista para que inicie la mamada. Ante semejante pija abrí la boca todo lo que pude y se la tragué mientras con la mano lo pajeaba, para adentro, para afuera, iba y venía, sentía su respiración y esa cabeza que se hinchaba a cada lamida. Jugué un poco con esa pija, lamiendo el tronco, besando sus huevos, chupando su cabeza, recogiendo su flujo que emanaba de esa punta cada vez que con mi mano lo apretaba con fuerza. A todo esto Sandra miraba y hacía algunos comentarios alentando esa situación.
Luego se puso un forro, se tiró de espaldas en la cama y me monté sobre él haciendo presión sobre su cuerpo para que es miembro me penetre hasta el fondo, con toda su anchura y potencia. Una vez bien abierta y con todo adentro, empecé a moverme mientras él con sus manos acariciaba mis tetas, mi cintura y mis nalgas como si aquello lo ayudara a mantener bien dura esa pija. No es usual encontrarse con un miembro tan duro y ancho así que por un momento me sentí afortunada de estar cabalgando y gocé todo lo que pude mientras duró la escena.
Después me pidió cogerme en cuatro, nos acomodamos y me penetró hasta el fondo con fuerza antes de empezar el bombeo. Yo sentí la pija hasta el ombligo y cada golpe que daba con su cuerpo en el mío sus huevos chocaban con mi concha hinchándola y dándome placer mientras su miembro iba y venía del interior de mi cuerpo recorriendo cada centímetro de mi vagina y abriéndola en toda su anchura posible.
En un momento saca la pija, se quita el forro de un tirón y dice: “¡acabo!”, mientras se pajeaba para apurar la salida de la leche. Yo me di vuelta enseguida y quedé boca arriba mientras él empezaba a acabar sobre mis labios y dentro de mi boca que mantenía abierta. Le salió una leche espesa, grumosa e increíblemente abundante que me llenó la boca y me pintó la nariz, los labios y el mentón. Para mi sorpresa, una vez que terminó de acabar siguió haciéndose la paja y unos segundos después empezó a acabar nuevamente y otra vez con abundancia, lo que terminó de desparramarme en la cara alrededor de la boca y sobre mi lengua. ¡Increíble!, dos polvos en menos de 30 minutos y con abundancia de leche. Sandra no lo podía creer y gritaba ¡cuánta leche! Mientras me decía: “toda tuya Gloria” y se reía del enchastre.
Me tomé mi tiempo para besar su pija para recolectar la leche que había caído fuera de la boca hasta que al final le di un buen trago. Luego seguí con algo que había caído sobre mi cuello y de a poco terminé de juntar con mis dedos cada gotita que había quedado en mi cuerpo para llevarla a mi boca.
Así terminó esta experiencia con Sandra y este chico pijudo y lechero, cuyo video fue muy bien reconocido en los sitios gratuitos de internet, donde circuló una versión demo que hasta el momento pueden encontrar. Hoy en gardelhat.com lo pueden ver en su totalidad.