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Mis historias en primera persona

DOBLE RACION DE CARNE

HISTORIAS EN PRIMERA PARSONA

GLORIA PARQUE

 

(CON IMÁGENES DEL ENCUENTRO)

 

En mis días de adolescencia y primera juventud solía viajar a menudo a Mar del Plata. No eran sólo las olas las que me atraían sino también las bolas de algunos chicos del lugar que me recibían con gusto y me acogían muy bien.

La verdad es que me acogían y cogían muy bien, así que no dudaba de hacerme esos viajes de finde que tanto placer me daban. Así cultivé algunas amistades que durante años visité o me visitaban y de quienes guardo aún gratos recuerdos. Uno de ellos es Carlos, a quien pertenece también esta historia.

Por otro lado, mi vida sexual se fue consolidando en Buenos Aires a partir de varias relaciones casuales o más o menos formales que fui teniendo a lo largo de los años. Así fue que conocí a Sergio, con quien inicié una relación fogosa después de un primer encuentro sexual en medio de un aula debajo de los pupitres. Sin dudas un compañero de clases muy comprometido en meterme ideas de libertad sexual además de meterme ya saben qué y por dónde.

Aún no tenía muy claro para qué ni cuál sería mi destino, pero en esa época tuve la necesidad de mejorar mi cuerpo y decidí hacerme las tetas, porque era una de las zonas de mi cuerpo que necesitaba de un toque estético para destacarse. Una vez que las tuve y después de que fuera seguro mantener relaciones decidí convocar a Sergio y a Carlos a mi casa, aprovechando que estaría sola un fin de semana completo.

Carlos llegó de Mar del Plata algo cansado pero muy entusiasmado con la idea de conocer mis nuevos atributos físicos y de paso pasar una noche conmigo. Sin embargo, le tenía una sorpresa y es que no estaríamos solos porque también le había hecho la misma propuesta a Sergio con quien habíamos planificado este trío que estaba por concretarse. Carlos se sorprendió al saberlo pero no presentó objeciones porque como se imaginarán, no quería desperdiciar la oportunidad de sentir mi boca y mi cuerpo sobre el suyo.

Carlos llegó primero y no tardamos en empezar a darnos unos besos apasionados como en aquellas épocas de Mar del Plata y tocarnos un poco como para ir tomando temperatura. Mientras nos poníamos al tanto de nuestras vidas, el uno al otro no hacía más que indagar el cuerpo del otro con caricias, toques y dedos que se hundían con fuerza entre mis piernas. Por mi parte mis manos tocaban ese bulto que se le notaba detrás de su pantalón hasta sentirlo bien duro y caliente. Lo mantenía así con masajes suaves de movimientos y contracciones de mis dedos que simulaban una paja a través de su ropa. El olor a sexo empezó a invadir el ambiente.

En ese momento suena el timbre. Por el portero siento la voz de Sergio que estaba ansioso por entrar porque ya sabía que Carlos estaba conmigo hacía ya un buen rato. Bajo desde el primer piso para abrirle la puerta y lo recibo con un beso apasionado y muy sonrojada porque a esa altura de la noche ya estaba caliente y lista para una orgía esperada. Subimos hasta el departamento y los presento, les ofrezco café o alguna bebida pero ambos rechazaron mi oferta. Sergio me dice que me saque la parte de arriba para ver mis tetas y nos sacamos algunas fotos entre los tres mostrando mis atributos. Una vez terminado ese pequeño ritual el hielo quedó roto y empezamos a hablar directamente de qué íbamos a hacer. Cruzamos las miradas y estaba todo dicho, los tres queríamos coger así que fuimos al cuarto porque ahí nos esperaba una cama enorme que yo me había encargado de preparar para la ocasión.

Carlos se tiró boca arriba y no tardé en empezar a chupársela mientras Sergio me terminaba de sacar la ropa interior que aún tenía puesta. Así, en cuatro patas, con la pija de Carlos en la boca y el culo para arriba, empezó la fiesta que tanto había planeado. Sergio me hundía su lengua en el culo y en la concha yendo de un lugar a otro y jugando con sus dedos que de a poco se iban sumando dentro de mi cuerpo. En un momento siento la pija de Sergio penetrando mi vagina e iniciando el vaivén de entrada y salida mientras yo seguía con la pija de Carlos en mi boca. –Es para que te dilates, me dijo Sergio, -está bien, le dije balbuceante con la pija en la boca. Mientras me cogía, sus dedos entraban en mi culo, uno al principio y hasta tres mientras no paraba de cogerme. Y es verdad, me estaba dilatando bien.

Cuando fue el momento adecuado, me monté sobre Carlos y empecé a cogerlo cabalgándolo y besándolo, moviendo mis caderas hacía que la pija se meta hasta el fondo y luego salga casi hasta afuera para volver a meterlo hasta el fondo nuevamente. Estuve un rato así mientras Sergio miraba con atención la escena y decidió sumarse a la fiesta metiéndome la pija en el culo y dando inicio, por primera vez en mi vida y sin planificarlo, de una doble penetración. ¡Sí, una doble penetración! Sólo había visto esas escenas en las películas porno y ahora yo era la protagonista de semejante historia. Sergio entraba y salía, cogía un momento y volvía a salir, miraba y volvía a escena. Así seguimos hasta que Carlos acabó y quedó tendido en la cama con el forro lleno de leche.

Me tiré boca arriba al lado de Carlos mientras Sergio se subió hasta poner su pija en mi cara, la empecé a chupar y un rato después me pidió permiso para darme la leche en la boca. –Claro que sí, quiero esa leche, le dije. Y con paciencia empezó a pajearse sobre mi cara haciendo que mi lengua roce su cabeza hasta que en un momento un chorro de leche salió y me pintó el bozo con su blanca y cremosa sustancia que chorreó hasta mi oreja recorriendo toda mi cara mientras yo me reía por el incidente. Junté con mis dedos toda la leche que pude y la llevé hasta mi boca porque no quería perderme nada de todo aquello.

Así fue mi debut con dos chicos al mismo tiempo. Por suerte sacamos fotos e hicimos un video que aún se mantiene inédito y que solo publicaré si muchos de ustedes me lo piden. Por el momento les adelanto algunas fotos de aquella maravillosa noche. Besos.

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